miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cómo guiar y enseñar a tus hijas

EXTRACTO DEL LIBRO "LUNA ROJA, LOS DONES DEL CICLO MENSTRUAL" DE LA AUTORA MIRANDA GRAY

"En el pasado las tradiciones familiares pasaban de la madre a los hijos; era la mujer quien enseñaba a sus descendientes la estructura de la sociedad en que habían nacido y el papel que deberían desempeñar en ella. La madre guiaba la personalidad de sus hijos para desarrollar su aspecto intelectual, emocional, sexual, creativo y espiritual, y para ello empleaba cuentos y rituales simbólicos.

El rol de maestra y guía ya hace mucho tiempo que no se le confiere a la mujer: ahora lo tiene la sociedad. La enseñanza formal, con sus rígidos programas de estudio, han alejado al niño del ambiente materno, y en consecuencia su comportamiento se adapta a las imposiciones de una sociedad claramente orientada hacia lo masculino. Incluso dentro del hogar, el aprendizaje del niño proviene en gran parte de la televisión, los videos, los libros y los juegos electrónicos, que no son otra cosa que la sociedad misma.

El ciclo menstrual y su significada en el mundo occidental se ha convertido en la única "asignatura" que sigue en poder de la madre y que la sociedad aún no le ha arrebatado, pues ignora la menstruación más allá de su manifestación física, y en consecuencia no ofrece ningún tipo de guía al respecto. Muchas mujeres están tan condicionadas que son incapaces de guiar a sus propias hijas y dejan que su educación recaiga en las clases de biología; esta incapacidad de enseñanza puede atribuirse a la falta de conocimiento de la madre de su propio ciclo, al trauma de su primera experiencia menstrual o bien al hecho de que carece de un modelo sobre el cual basar su guía e instrucción.

La enseñanza biológica de la menstruación que se imparte en la clase de ciencias no tiene en cuenta en absoluto las experiencias personales relacionadas con el ciclo; no reconoce los sentimientos y emociones que conlleva, y por esta razón es importante que las mujeres transmitan a sus hijos sus experiencias y sentimientos haciendo referencias a sus propios ciclos y tomándolos como punto de partida. No sólo las niñas tienen que aprender el significado y las expresiones del ciclo menstrual sino también los niños, para que respeten la condición femenina y sus aptitudes.


La madre y la abuela tienen que preparar a la niña para su futuro sangrado mensual, y en consecuencia tienen que utilizar el lenguaje, las historias y las imágenes adecuados para hacerle comprender las experiencias del ciclo menstrual. La madre puede transmitir sus propias experiencias y percepción desde la perspectiva de quien aún está viviendo la menstruación, mientras la abuela -que casi con certeza estará en la fase menopáusica o posmenopáusica- aportará con su conocimiento desde otro punto de vista.

Una madre necesita no sólo compartir las experiencias con sus hijos, sino hacérselas comprender; los cambios del estado de ánimo de la mujer menstrual pueden atemorizar a los niños si no se les transmite un concepto estabilizador a través del lenguaje y un simbolismo que puedan entender con facilidad...

Los niños captan mejor las ideas y experiencias del ciclo menstrual si se les cuenta cuentos, y existen gran cantidad de historias  pertenecientes a diferentes tradiciones y culturas que hacen referencia simbólica al ciclo menstrual en sus personajes femeninos, diosas, hadas, y que también reflejan la interacción que tiene lugar entre las mujeres, la tierra y la luna. Usa el simbolísmo de estos cuentos para describirte a tí misma: diles a tus hijos que te sientes como una hechicera (eliminando la idea de "mala"), o como la joven blancanieves; explícales el papel que desempeña cada personaje en la historia...


...Otra posibilidad es que hagas participar a tu hijo de tus expresiones individuales de creatividad. Danza, cocina, toca algún instrumento, pinta, decora paisajes con él; hazle partícipe de tus acciones simbólicas, explicándole lo que representan. Si puedes, deja que otras mujeres también se relacionen con él para que le cuenten sus experiencias y sus propias historias: pueden ser tus abuelas, tías y hermanas, o bien amigas tuyas que puedan ofrecer a tu hijo otra perspectiva del ciclo menstrual y que al mismo tiempo le hagan comprender que las demás mujeres también cambian.

...Si haces que no sólo sean tus hijas las que conozcan tu ciclo menstrual y el que ellas mismas experimentarán en el futuro, sino que también se lo explicas a tus hijos, la primera menstruación se convertirá en un evento que aceptará toda la familia y no provocará miedo ni verguenza."