(Hoy comprendo que como pareja teníamos y tenemos mucho que aprender y hacer, el camino de toma de conciencia no lo recorrimos juntos y eso nos hizo dudar, tambalear, temer y creer que una persona externa sabía más que mi cuerpo de mujer... que yo misma... que nosotros... Hoy sé que era parte de "nuestro aprendizaje" en la dualidad que nos permitió mirarnos en el espejo y seguir creciendo uno al lado del otro).
En ese pequeño instante entregué mi poder a otra mujer (matrona) en el momento de la expulsión... un momento que hoy reconozco de muchisima fuerza energética y de especial conección con mi Poder Femenino... un momento en que sentí que podía pasar el umbral de mi iniciación a la sabiduría.
Desde ese instante, mi vida dejó de ser la misma, porque vi la manera que enfrentaba mi propia vida y cómo tomaba mis decisiones...
Pude verme que muchas veces hacía lo que otros me decían - sabiendo que aquello no era lo que yo realmente quería- en ocasiones cuando quería hacer algo, pero no lo hacía, me reprimía, por el que dirán, por agradar, por no pelear.
Hoy ya no es lo mismo... hoy desde que vi cómo estaba llevando mi propia vida NO PUEDO SER LA MISMA MUJER, me hago cargo de mis decisiones, de mis deseos, de mis sentimientos, de mis acciones.
Cuando las mujeres parimos una hija o un hijo con conciencia, aprendemos de nuestra naturaleza, de nuestra especie, de la ciclicidad, de la importancia de crecer interirormente desde el respeto y el amor, de lo vital que es estar acompañadas de personas reales, verdaderas, interesadas en nuestra existencia, deseosas de vibrar con nuestras emociones.
Sólo así podemos ser la mujer que somos, sólo así puede reinar la diosa que somos, sólo así podemos parir a la mujer que somos.
Hoy espero poder transmitir a mi hija esta medicina.