Antiguamente, las viviendas se construían con los materiales que ofrecía la naturaleza: tierra, madera, paja. Esas técnicas, que ahora se llaman bioconstrucción, se transmitieron de generación en generación y aún hay quienes sostienen la tradición, aunque sus experiencias permanecen casi invisibles.
Las viviendas hechas con tierra permiten ahorrar energía y constituyen un aporte a la mitigación al cambio climático, ya que su construcción emite menos gases de efecto invernadero que las técnicas tradicionales. También es posible generar dentro de ellas un ambiente agradable, aislado de temperaturas extremas y de la humedad.
Pero, sobre todo, permite la autoconstrucción y autoproducción de sus componentes, lo que las vuelve más económicas. Incluyendo mano de obra, asesoramiento de arquitectos y otros rubros, una casa de tierra entre 500 y 600 dólares el metro cuadrado, mientras que una casa de hormigón y ladrillos de arcilla cocidos sale aproximadamente el doble, entre 900 y 1.000. Un dato no menor.
Entonces, les hago llegar la información de este taller de bio-construcción, para mi es una poderosa herramienta de empoderamiento humano, promocionando el autodesarrollo y un mundo más noble.
Aprovechen de aprender y acercarse al tema de la permacultura. Además, este es el último taller antes que comiencen las lluvias.
Información e incripción:
Oriana Villarroel (Educación y Diseño en Permacultura / Diplomada en Permacultura / Certificada en Educación Medio Ambiental)
orianamabel@gmail.com
Bio Región Valle Maipo.
Instituto Chileno de Permacultura
http://www.permaculturachile.org/