En gratitud a Alfredo Collovatti por la Bondad de tu trabajo, por la invitación a conectarme con la-mi profundidad, por este viaje a Itaka que acabamos de empezar que ya le ha mostrado a mi corazón que soy una ínfima parte de la Infinitud, por la expansión que siente mi alma, por confiar en mi y permitirme ser parte de este bellísimo grupo.
GRACIAS INFINITAS!!!!
Yo vengo a ofrecer mi Corazón
(Mercedes Sosa)
¿quién dijo que todo está perdido? yo vengo a ofrecer mi corazón. tanta sangre que se llevó el río, yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé qué pasa, no será tan simple como pensaba, como abrir el pecho y sacar el alma, una cuchillada de amor.
Luna de los pobres siempre abierta, yo vengo a ofrecer mi corazón. como un documento inalterable yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo, y me iré tranquila, me iré despacio, y te daré todo, y me darás algo, algo que me alivie un poco más.
Cuando no haya nadie cerca o lejos, yo vengo a ofrecer mi corazón. cuando los satélites no alcancen, yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y hablo de países y de esperanzas, hablo por la vida, hablo por la nada, hablo de cambiar ésta nuestra casa, de cambiarla por cambiar, nomás.
¿quién dijo que todo está perdido? yo vengo a ofrecer mi corazón.
Zoe metió el último bichito de luz en el frasco y lo cerró.
Le hizo unos agujeros diminutos para que pudiesen respirar.
Lo agitó despacio así movieran las colas y de a poco fuesen haciendo dibujos de luz.
Con la figura reflejada del mar, Zoe le dio un mordisco a la luna.
Cuando apareció una ola, de esas rasposas con espuma, sorbió a la noche desde el pico de una botella que traía un mensaje y quedó anclada entre dos piedras musgosas.
Ya cuando los bichitos de luz titilaban para iluminar otra imagen, Zoe se había acomodado junto a un mejillón.
Pudo ver llegar al barco.
Se veía cerca y lejos a la vez, apoyado en la línea en que la noche se come al mar.
Y viceversa.
Zoe guardó un pestañeo para despedirlo.
Comenzó a respirar en frío mientras que un vaivén de cuna la acercaba a su encuentro.
El silencio seco en los oídos traspasó ecos de profundidad. Tironeada, hundió el brillo verde que la acobijaba.
Dejó recuerdos en frascos, noches de luz y bichitos de cristal.
Me he enamorado!!!!!! Acabo de conocer el "Proyecto Femmeography" y ha sido un deleite "ad-mirar" todas las fotografías que ha tomado Natasha Komoda a todas estas mujeres.
Vuelvo a confirmar que "nosotras... las mujeres cuando estamos cómodas, expresamos nuestra belleza y placer si límites, sin importar nuestra edad, ni nuestras dimensiones... somos plenitud y resplandor"
"Las mujeres modernas son entrenadas para ver sus vaginas como algo sucio y con mal olor.
Una vagina sana tiene un olor agradable, un sabor ligeramente ácido y se limpia por sí misma de manera natural.
Una vagina sana segrega fluidos claros o lechosos que protegen los delicados tejidos vaginales. Estos flujos son más espesos y resbalosos durante la ovulación.
La vagina contiene micro-organismos que promueven la salud de la zona, así como también microbios que pueden proliferar y ocasionar síntomas.
En una vagina sana, la glucosa que se exuda en el suero de la sangre es comido por la flora vaginal y metabolizado como ácido láctico; esto acidifica la vagina, asegura la flora saludable e inhibe a los organismos disrruptores.
Si hay demasiada glucosa o muy poca flora, la acidez de la vagina se ve comprometida y es probable una infección a causa de organismos inherentes o transmitidos."
Qué sería de las mujeres sin el aliento y el apoyo en situaciones de crisis que son tantas.
No habríamos sobrevivido a los avatares de la vida sin otras mujeres conocidas y desconocidas, próximas o distantes en el tiempo y en la tierra.
(...) Cuántas madres han sido figuras fundantes, transmisoras de nuestra lengua y con ella de los cimientos de nuestra visión del mundo, y coautoras de nuestra identidad.
Cuántas han sido sostén de sus hijas a lo largo de la vida.
Qué mujer no ha tenido el apoyo cómplice o lo ha dado alguna hermana, tía y prima, suegra y cuñada.
Desde el entendimiento o el conflicto las parientas se han apoyado en el día a día.
Qué decir de las abuelas y las nietas en mágicos encuentros generacionales y de las hijas que en las vueltas de la vida acaban siendo madres de sus madres.
Y las amigas, las compañeras y las colegas que acompañan a otras en riesgo por infinidad de cosas.
Las mujeres que nos han curado y cuidado, las que nos han enseñado el mundo, con íntima cercanía por encima de los tabúes y normas sociales.
Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas.
¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas?
¿Qué sería de las mujeres sin el amor de las mujeres?